En el cultivo de la viña, las heladas tardías del abril y mayo ocasionan grandes daños. Pero en el cultivo del cereal, los hielos nunca han causado daño, excepto en el mes de febrero del año 1956. En este mes se produce una
invasión de aire polar y ártico siberiano en tres oleadas frías los días uno,
ocho y diecisiete.
Este fenómeno es considerado el periodo
más frío desde que empiezan los registros a principios del siglo XX, aunque
algunos meteorólogos lo consideran el más frío desde la pequeña edad del hielo* que acabó a mitad del siglo XIX.
Cielos rasos y un viento seco del norte
y del nordeste, el hiriente matacabras, provocaron grandes heladas negras, esas
que no provocan escarchas pero de efectos devastadores en los cultivos.
En los días 19, 20 y 21 llegó un frente
atlántico cargado de humedad que unido a la advección gélida de los días
anteriores provocó en estos días un
episodio de nieve. Nevó en Fuenterrobles, aunque no tenemos datos fiables, (un palmo), pero si sabemos que en
Villargordo del Cabriel la nieve alcanzó 7 l/m2, en Venta del Moro 6,6 l/m2 y
en Requena 5,0 l/m2.
Los días 11 y 12, la estación de Utiel
registró -13ºC. Ciertamente no son los valores extremos que hemos conocidos. En
Fuenterrobles, según registros no oficiales, se alcanzaron -17ºC en enero de 1971 y en la
estación meteorológica de Utiel, el día 29 de enero de 2006 anotaron -19ºC. Lo
verdaderamente grave de este episodio frío no fueron los valores extremos, sino
que las temperaturas medias de todos los días del mes fueron negativas.
Algunos vecinos del pueblo estaban muy preocupados. El tío Antón le decía a mi padre que si en toda España pasaba lo que aquí, ¿cómo íbamos a mantener las caballería? Mi padre y otros vecinos me confirmaron que heló todos
los días del mes y que la siembra tomó un aspecto “pajizo” como nunca habían
visto. Con la primavera algo se recuperaron
los sembrados y se pudo segar, pero sólo recogieron para mantener los animales
de labor y simiente para la sementera venidera. No salió grano al mercado.
Según datos de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, los daños
alcanzaron el 70 por ciento en las cebadas, el 75 por ciento en las avenas y el
50 por ciento en los trigos. Aparte, numerosas oliveras se helaron y hubo que
arrancarlas. Ya no tenemos más registros de daños por heladas en el cultivo del
cereal.