martes, 15 de septiembre de 2020

Profesión antigua: el calero

  

        La cal, óxido de calcio, es un producto de color blanco, cáustico y alcalino. Se obtiene calcinando caliza, una roca compuesta principalmente por carbonato cálcico (CO3CA) en unos hornos llamados caleras de acuerdo con la siguiente reacción:

                         CO3Ca + calor    CAO  + CO2

            La alta temperatura del horno asegura la descarbonatación. En este proceso la piedra caliza pierde el 44 por ciento de peso por el desprendimiento del anhídrido carbónico. El producto que sale del horno se llama cal viva o cal anhidra (CA O). La cal viva al contacto con el agua se apaga, hinchándose con desprendimiento de calor. Se transforma en hidróxido de calcio [CA (OH)2] y de las numerosas aplicaciones que tiene recogemos las siguientes:

-        En la agricultura se emplea como fungicida mezclándose con el sulfato de cobre con el que se obtiene “caldo Bordolés” para sulfatar las viñas en el tratamiento contra el mildeu;
-        Con la lechada de cal (cal apagada con exceso de agua) se enjalbegan las fachadas de las casas una vez año (vísperas de las fiestas) y los viejos olmos de los parques y paseos para prevenir hongos que atacan su vitalidad. También se deposita en las fosas donde se han enterrado animales muertos.
-        Era un producto básico en la construcción. Mezclada la cal con agua y arena se obtiene una masa pastosa, la argamasa o mortero. De fácil aplicación y por la gran adherencia a los materiales de construcción (piedras) le da una fuerte ligazón y una gran impermeabilidad por la escasa tendencia al agrietamiento.

        Las caleras eran unos hornos de base circular. Se localizaban al pie de las sierras que circundan el pueblo, donde es abundante la piedra caliza y la leña. Tenemos registradas algunas en el Cerro Pelado (Loma del Panadero), sierra de la Avicuerca (Senda de los Caballeros y Punta de la Sierra) y en Peña lisa. 
        La última calera que elaboró cal se construyó junto al Centro Escolar en el año 1958. Los caleros procedían de las Casas de Pradas,los mejores caleros de la comarca. Los vecinos colaboraron transportando con sus carros la piedra y la leña desde la Sierra.También eran de Casas de Pradas los caleros que elaboraron para la construcción de las escuelas a principios del siglo XX. Hoy es el edificio del Ayuntamiento.


Calera en la sierra de la Avicuerca. Foto. Paco Arroyo. 2016

        Los antiguos caleros fuenterrobleños eran jornaleros que se dedicaban a esta actividad para no estar ociosos en periodos de paro estacional y así obtener ingresos para la subsistencia. Formaban cuadrilla de cuatro a seis personas y trabajaban ininterrumpidamente por turnos día y noche.

        Primeramente tenían que arrancar la piedra con la picarcha y el barrón. Si eran de grandes dimensiones la fragmentaban con la almádena. La piedra próxima a la calera la transportaban con espuertas y la más alejada con alguna caballería provista de un serón. No se podían utilizar los carros ya que las únicas vías que hay en la Sierra son caminos de herradura.

        Antes de empezar a calcinar la piedra tenían que preparar una considerable cantidad de leña ya que el horno había de permanecer encendido día y moche durante varias jornadas. Era necesario alimentar la calera constantemente para mantener temperatura alta y no malograr la producción.

        La leña empleada era romero, aliaga y otros arbustos como la mata parda o la mata rubia (coscoja). No quemaban pinos ni carrascas propiedad de los labradores, pero consentían la utilización de los arbustos porque limpiaban de maleza el bosque, evitando los peligros de incendio.

        Cuando la piedra estaba calcinada, lo que se notaba por el color blanco del humo, se dejaba enfriar el horno y con las caballerías provistas de serones llevaban la cal al pueblo.

La misma calera de la Sierra de la Avicuerca. Ladera de Fuenterrobles


No hay comentarios:

Publicar un comentario