viernes, 19 de marzo de 2021

Las fallas de Fuenterrobles

 

Las fallas de Fuenterrobles
Don José Gras Ramón, natural de Gandía y maestro en
Fuenterrobles,cuyo magisterio aún es recordado,
plantó una falla infantil en su escuela en 1942. Este mismo año se crea la comisión fallera que plantaría un monumento en 1943. Por el éxito alcanzado continuó la comisión y en 1944 plantaron plantaron una falla espectacular con ofrenda, cabalgata y libro fallero.
De todos los pueblos de la comarca acudieron a la fiesta más personas que habitantes tenía el pueblo (1.400) Ello significó un verdadero problema en aquellos años de necesidad (léase hambre) recién acabada la guerra. Eran los años que llamaban "de la gana".
Fue complicado dar alojamiento y comida a tanto personal durante dos días.
Empieza el libro de la falla explicando la situación:
"Al acabar la contienda
de nuestra guerra civil
quedaron mal las hacienda,
sin artículos las tiendas
y hasta sin "oli" el candil.
Bailes, jaleos y fiestas,
cantares y algarabías
pero de arroz y garbanzos
"la pancha" casi vacía.
se sémolas en paquete,
de pan de higos y de arrope,
de lentejas y de gachas
quedamos hasta el cogote....
(continúa)
Finalizada la "cremá" se procedió al apunte para el año venidero. Pero no prosperó. Me contaba Francisco Gil (kiko) miembro de la comisión que el tío Argimiro exclamo: "500 pesetas para que no se hagan (más de 50 jornales del campo). Es que en su casa se alojaron durante dos días 23 personas.
Ya no se hicieron más fallas. Tomó el testigo el comercio de Utiel, importante centro comercial del País, cuya área de influencia se extendía por la Serranía Alta de Cuenca con capital en Salvacañete; por la Serranía Baja con capital en Mira; por la Manchuela conquense con capital en Iniesta y por la Manchuela albaceteña con capital en Casas Ibañez.
Este fue el origen de las fallas de Utiel que tanto han contribuido a su economía. No hay que buscar su origen en los nombrados "pelindangos" tan nombrados en todos los pueblos del obispado de Cuenca, al que pertenecimos hasta 1957. Tampoco en las hogueras que se hacían en las vísperas de fiestas como las dedicadas a san Julián el"cestero", segundo obispo de Cuenca y patrono de la provincia a la que pertenecimos hasta 1851, o a la patrona de Venta del Moro con una hoguera a la Virgen del Loreto de dimensiones catedralicias. Ni siquiera a los hogueras que dedicadas a san Antón se hacía en todos los lugares habitados de la comarca. Igualmente no hay que buscar su origen en la nula valencianización de las costumbre en aquellos años (a excepción de bastantes palabras de origen valenciano que se han incorporado a nuestra habla).
En conclusión:
Las fallas de Fuenterrobles murieron de éxito.
El origen de las fallas de Utiel hay que buscarlo en su comercio, en aquellos años muy actico y emprendedor.







Ana Fernández, Luisfran Lopez Yeves y 2 personas más

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