sábado, 30 de octubre de 2021

Los ovillos de trama y el barquero Caronte

 

LOS OVILLOS DE TRAMA Y EL BARQUERO CARONTE

 

Mañana por la noche, la Agrupación Amigos de Fuenterrobles en colaboración con el grupo de teatro local “Kiko-Pirata” y el Ayuntamiento de Fuenterrobles rememorará la leyenda de los ovillos de trama, que en la Noche de Difuntos mientras doblaban las campanas recorrían las calles del pueblo llevándose al inframundo de los muertos a todos los osados que se atrevían a salir a la calle.

Esta leyenda genuinamente fuenterrobleña, ya que no se recoge en ningún  otro pueblo, se puede leer en el libro recientemente publicado de Fernando Moya “Anecdotario y relatos de la tradición oral de Fuenterrobles”. Libro imprescindible en casa de cualquier fuenterrobleño de nacimiento o de corazón.

Cuando termine el acto y volváis a vuestras casas mirad de soslayo hacia atrás y si vislumbráis algún ovillo corred, corred, corred y que os de tiempo de llegar a vuestras casas. Pensad que todas las leyendas tienen un trasfondo real.

Y si alguno con sangre fría se atreve a hacer alguna foto desde el otro lado de la ventana, le agradecería que me la enviase, que como sabéis, yo recojo todo lo relacionado con Fuenterrobles.

Al hilo de esta leyenda me viene a la memoria otra leyenda de almas errantes. Es una leyenda griega que luego pasó a Roma. Dice que las sombras de los difuntos debían llegar al inframundo de los muertos cruzando el río Aqueonte. Para ello contaban con la ayuda de Caronte, un viejo barquero que por el tránsito cobraba lo que hoy llamaríamos peaje y en la antigüedad óbolo (una moneda de plata)..



                Caronte. Ilustración de Gustavo Doré praa la Divina Comedia de Dante.


Por ello, a los difuntos les colocaban una moneda debajo de la lengua. Los pobres que no tenían ni un triste maravedí debían vagar por la ribera del río durante cien años. Pasado este corto periodo de tiempo (¡qué son cien años para la eternidad!) Caronte, a regañadientes, los pasaba gratuitamente.

En la puerta del inframundo de los muertos, un guardián llamado Cancerbero vigilaba para que las sombras de muertos no se escapasen, al tiempo, que no dejaba entrar a los vivos. Sin embargo, se dice que dos vivos consiguieron entrar y salir. Otros dicen que fueron tres los vivos que entraron, pero también hay quien comenta que esto es una leyenda y que ningún vivo consiguió entrar y mucho menos salir de aquel inframundo. Con el Cancerbero pocas bromas que era un perro con tres cabezas, siendo su cola una serpiente.

Como final, diré que los aficionados al fútbol habrán escuchado en más de una ocasión como los locutores se refieren al portero como “el cancerbero”, es decir, el guardián de la portería. Pues, de esta leyenda, que como todas tiene un trasfondo real, le viene el nombre.


El cancerbero