martes, 28 de diciembre de 2021

Fuenterrobles: patrimonio perdido (Parte primera)



 Quiero compartir con todos vosotros un nuevo vídeo. Si no os gusta, lo siento, pero es lo que hay y por poco tiempo. Aprovecho la ocasión para deseaos un venturoso año venidero. (Dado el tamaño del archivo tengo que ponerlo en tres partes).













jueves, 16 de diciembre de 2021

Feliz Navidad

FELIZ NAVIDAD DESDE LA PUERTA DEL CAPITÁN

BON NADAL

BUON NATALE

JOYEUX NOËL

MERRY CHISTMAS






viernes, 3 de diciembre de 2021

Notas de gastronomía tradicional: tripas de cerdo.

 Se dice de noviembre: "dichoso mes que entra con Tosantos y acaba con San Andrés". Y también se escucha: "Pa san Andrés, mata tu res, grande chica o como es". Hace unos pocos días fue san Andrés que ha traído los hielos y con ellos el tiempo de matanza del gorrino que nos daba comida para el año. A mi no me gusta la palabra matanza, prefiero matáero que es la que toda la vida he escuchado en mi casa. (Ojo a la pronunciación, que no digo mataero). Estamos en tiempo áspero (frío y seco) que es el que conviene para la correcta elaboración de los productos del cerdo, que la blandura no es tiempo bueno para estos menesteres. Y como viene al hilo aquí pongo unas notas de:

GASTRONOMÍA TRADICIONAL

 

Hay quien dice que del cerdo le gusta hasta los andares y no exagera que hubo un tiempo no muy lejano (yo lo he conocido) que del cerdo se aprovechaba todo.

Pero la vida evoluciona y hoy en día hay dos partes que no se aprovechan. Me refiero a la vejiga de la orina y a las tripas.

Con la vejiga de la orina nos hacíamos los niños balones para jugar al fútbol. Golpeándola contra una superficie lisa se dilataba y cuando alcanzaba cierto grado de dilatación se hinchaba con una paja de centeno que llamábamos cañamera  y a jugar! Una vez que se había pinchado se reciclaba en una zambomba. Recuerdo que mi padre me hizo una con un pucherete viejo y una caña cuando se me pinchó.

Y ahora vamos con la gastronomía: las tripas de cerdo han perdido su función gastronómica. Muy bien limpias se abrían y se echaban en un adobo que llamaban “enajos” junto a los lomos. Cuando ya habían tomado este adobo se dejaban secar en las latas que colgaban de las bovedillas. Para evitar confusiones diré que las latas eran unos palos fuertes pero delgados donde se ponían a secar los productos elaborados del cerdo.

Ya secas se echaban en las parrillas sobre las ascuas y vuelta y vuelta salían muy crujientes y con un sabor buenísimo.

Escribo esto para recordar de dónde venimos. Yo no digo que si no has comido tripas a las ascuas no seas fuenterrobleño. Yo lo que digo es que si las has comido ya tienes la cabeza plateada, aunque lo disimules con alguno de los numerosos productos del mercado. Tiempo atrás se disimulaba con “gotas divinas”. Y digo que somos lo que somos y estamos orgullosos de serlos y no renegamos de dónde venimos.

Y para finalizar, si eres de los que piensan que las tripas de cerdo es comida basura, vas a Mcdonald y te zampas una hamburguesa o dos por el precio de una que a veces hacen ofertas.