De todas las cofradías que existían en
Fuenterrobles, se decía que la más antigua era la de san Antón. Venía de tiempo
inmemorial, o para ser más preciso, en palabras de un mayordomo que conocí, “desde siempre”. Fernando Moya, que ha
estudiado todas las visitas pastorales de los obispos de Cuenca a la parroquia
de Fuenterrobles, nos informa que esta cofradía es citada por vez primera en el
año 1775.
Contaba con unas ordenanzas propias, y
tenía a gala decir, “que habían sido
aprobadas por el rey”. Solo podían ser mayordomos los labradores, cuya
condición venía determinada por la posesión de algún animal de tiro que
antiguamente eran bueyes y posteriormente mulas.
Era mayordomo mayor el más anciano de
los labradores que se encargaba de la organización de la fiesta del santo el
día 17 de enero. La víspera, los labradores traían leña que depositaban en las
placetillas y cruces de calles para hacer hogueras que prendían a media noche, donde no faltaban "las cobetinas" de cohetes "rateros".
Al salir de la escuela, acudíamos los niños a la puerta de la iglesia con los collares de cascabeles y campanillas de las caballerías, ceñidos a la cintura o en bandolera. Llevábamos de merienda sopanvino, que aunque las dietistas modernas se escandalicen, era una merienda muy energética que bien combatía los fríos atardeceres de enero.
Cuando se formaba un grupo numeroso salíamos corriendo por todas las calles del pueblo viendo como los labradores que ya se recogían preparaban su hoguera al santo.
Al salir de la escuela, acudíamos los niños a la puerta de la iglesia con los collares de cascabeles y campanillas de las caballerías, ceñidos a la cintura o en bandolera. Llevábamos de merienda sopanvino, que aunque las dietistas modernas se escandalicen, era una merienda muy energética que bien combatía los fríos atardeceres de enero.
Cuando se formaba un grupo numeroso salíamos corriendo por todas las calles del pueblo viendo como los labradores que ya se recogían preparaban su hoguera al santo.
El
día de la fiesta no faltaba la procesión y la misa en sufragio de las almas de
los mayordomos fallecidos. También se rifaba “el gorrinillo de san Antón” que deambulando varios meses por las calles del pueblo, había sido
alimentado por los vecinos que alguno lo recogía por la noche y lo soltaba por
la mañana. Después se bendecían los animales de labor que los labradores sacaban
a la puerta de la iglesia con sus mejores arreos. Después de la bendición las mulas, machos y burros volvían a la cuadra con doble ración de cebada y los labradores salían a trabajar en labores que no requerían el uso de los animales de labor, que "pa san Antón fiesta pa los animales y pa los hombres no".
Estaba
estipulado en las ordenanzas que la cera que se consumía en el velatorio y
ritos funerarios del mayordomo fallecido corriera a cargo de la cofradía.
Esto
es lo poco que sabemos de aquellas ordenanzas “que habían sido aprobadas por el rey” y fueron quemadas con el
santo en los primeros días de la guerra civil. No perdemos la esperanza de que
aparezca una copia en las profundidades de algún arca.
Alonso de Herrera, a mediados del siglo
XVI, decía:” me parece que será cosa
acertada, que en cada lugar, o villa, o ciudad, se haga y se ordene una
cofradía del señor san Antón, la qual ha de confirmar y autorizar su Majestad
el Rey nuestro Señor, para que tenga fuerza y autoridad, pues es cosa que a
todos conviene (Herrera 2001:187).
Y
una de las ordenanzas establece que si a un pobre y honrado labrador se le
muriese el buey o se lo hurtasen o se mancare, se tase por los mayordomos y
descontando piel, despojos o carne, si procediese, se reparta lo que correspondiese
a cada uno de los animales de los mayordomos para la reposición y que pueda seguir
labrando pan y se remedie él, sus hijos y su mujer. Pero si fuese una mula o un
macho el que se muriese, solo se le pagaría la mitad de lo que se tasase para
que todos los labradores se alienten y persuadan de labrar con bueyes. Es otra
prueba más del enojo de individuos de la ciudad a que los campesinos labrasen
con mulas.
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San Antón en la iglesia de Fuenterrobles. Fue bajada de su peana por un kiko y actualmente de encuentra en triste destierro por la sacristía. |
Muy interesante la investigación que estás haciendo. Hay muchos hechos que no conocemos del pueblo. Gracias por tus enseñanzas.
ResponderEliminarMuy interesante Paco esta investigacion sobre la celebración de San Anton en Fuenterrobles. Sigue deleitandonos con aspectos de la historia y de las tradiciones de tu pueblo con la maestria que lo sabes hacer.! Enhorabuena!
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