Por las mañanas temprano paseaba por la vega de Fuenterrobles y todos los días descansaba en un banco de piedra, frente a la olmeda de Emilio y escuchaba con deleite los trinos de ruiseñores y jilgueros. Cuando se levante el confinamiento, lo primero que haré será ir a Fuenterrobles.
Bordaban los ruiseñores
por los altos de la vega
manteles de rojo y verde.
Coloreaban los jilgueros
por los bajos de la vega
lienzos de rubio y celeste.
Rojo. verde, rubio, celeste,
los colores de la vega
que mis recuerdos encienden.
Quiero volver a la vega,
al huerto y a mi aldea.
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Paseo de la Vega de Fuenterrobles |
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