Encendidas las candelas
inundan de luz la plaza,
abanican las banderas
y voltean las campanas.
Un pasodoble festero
rompe la noche callada,
huele pólvora en truenos
y las manos pintan palmas.
Siete olas perfumadas
forman un río risueño,
de color rojo la falda
que es el color del majuelo
con borduras amarillas
estampados arabescos
de las granadas semillas
de campos fuenterrobleños
Un corpiño hecho noche
los nobles pechos encierra
y de azabache dos broches
roban brillantes estrellas.
Ya está aromada la plaza
con vapores de la Sierra:
de tomillo, de lavanda,
de romero y ajedrea.
El vaivén del oleaje
los corazones embarga
y alegre el paisanaje
en regocijos estalla.
(Al pie de la Sierra de la Avicuerca)
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