Hacer la colada, el repasado y el planchado.
Finalmente vamos a ver el
funcionamiento del cociol, es decir, como se hace la colada. Previamente hay
que lavar la ropa.
3.1 ¿Y cómo se hace el
lavado?
Con
agua completamente limpia y buen jabón se procede a lavar la ropa frotándola
bien con las manos sin hacer uso de la paleta por lo mucho que la estropea ni
retorciéndola demasiado porque se abre, y después bien jabonada y estregada se
aclara y se pone a secar (Ruiz, 21).
3.2 ¿ Ha de ser frecuente el
lavado en una casa?
Eso
depende de varias circunstancias, como principalmente del número, edad y
ocupaciones de los individuos que componen la familia; pero puede decirse por
punto general es necesario un lavado simple cada semana y otro general o de
colada cada mes. (Guerra, 22).
3.3 ¿Sería económico
suprimir algunas veces el lavado, aunque se resintiera la limpieza?
Al
contrario; resultaría siempre mayor gasto y perjuicio, porque la suciedad
destruye la ropa y es enteramente contraria a la salud, a más de dar una idea
muy asquerosa de la persona en quien se observa y sobre todo del ama de
gobierno que la consiente (Guerra, 21).
3.4 Previamente a la colada
hay que eliminar las manchas que permanecen después del lavado. Ello es
totalmente necesario que ya lo dice el refrán: la que mete mierda al cociol, mierda saca del cociol.
Eliminar las manchas en este
periodo que nos ocupa es muy complicado y a la vez muy curioso y por no alargar
demasiado esta entrada lo dejamos para otra ocasión. Además, en Fuenterrobles para
eliminar las manchas que llamaban lámparones solamente se utilizaba la greda
que es una arcilla arenosa de color blanquecino de probada eficacia para las
manchas de grasa.
¿Cómo se quitan las manchas
de grasa de las ropas de paño?
Se
cubre toda la mancha con greda y se pone al sol para que se seque; después se
restrega bien, se limpia con un cepillo, se lava con vinagre bien caliente y
desaparece la mancha (Sánchez, 56).
Greda de Fuenterrobles. Foto Paco Arroyo 2015
3.5 ¿ Por qué se hace la
colada?
Los
principios en que se funda el blanqueo de la ropa por colada, son los
siguientes: las cenizas, producto de la combustión del carbón vegetal,
contienen los principios de sosa y potasa, que tratados con el agua caliente
dan por resultado una lejía. Las substancias grasientas que provienen de la suciedad
del individuo son insolubles al agua fría, pero dejan de serlo por la acción
prolongada del agua hirviendo y de las cenizas
(Surós 106).
3.6 ¿Cómo se hace la colada?
Varios
son los medios hasta hoy utilizados, pero todos ellos, aun teniendo en cuenta
que economizan tiempo y trabajo, debe posponerse al medio antiguo que es, sin
duda alguna, el que menos destruye la ropa y con el que se obtiene una perfecta
limpieza. (Ruiz, 21).
3.7 ¿Cómo deben colocarse
las ropas en el cociol?
Hay que señalar que los
vestidos de calle no se meten en el cociol porque la colada los dañaría
seriamente. Como mucho se enjabonan con gran cuidado, que la ropa escasea.
Las ropas de vestir negras eran las habituales porque cuando las mujeres cumplían treinta años se
cubrían la cabeza con un pañuelo y se vestían de negro. También hay que
considerar que la mortalidad era elevada y con tantas muertes y unos periodos
de luto excesivamente largos los ropajes negros era lo que se llevaba.
Algunas veces, después del
lavado, se restregaban con un manojo de alfalfe verde y luego bien lo
aclaraban. Con ello se conseguía un negro brillante que deslumbraba. Así me lo
contaron y así lo digo.
Y ya pasamos a colocar la
ropa principalmente blanca en el cociol. Puede haber algo de color pero no es
de vestir sino marregones y otras piezas de limpieza.
Se
pondrá en el fondo la ropa de color, si la hay, después la de cocina, cama,
camisas, etc., luego las prendas más delicadas, y por último, los manteles,
servilletas, toallas, y el cernedero que deberá ser tupido y fuerte (Ruiz,
22).
Nota: el cernedero es un
lienzo que se coloca sobre la boca del cociol para cubrir la ropa que se ha
introducido.
3.8 Una manera de hacer la
colada.
En una caldera se deposita
la ceniza y se pone a calentar. Cuando el agua está hirviendo, este producto
que llaman lejía, se vierte sobre el cernedero dejando la ropa en el cociol de
diez a doce horas; pasado este tiempo se aclara bien y se pone a secar.
3.9 Otra manera de hacer la
colada.
Se
tamiza la ceniza, que ha de ser de buen carbón o de leña de encina; se echa la
mitad en el cernedero y la otra mitad en una caldera de agua hasta que hierva
bien y de seguida con un cazo grande, o un caldero se echa poco a poco sobre el
cernedero. Para que la ropa esté en mejores condiciones conviene echar sobre
ella uno o dos calderos de agua templada. (Carretero, 121).
Este autor también dice que
la ropa debe estar en el cociol diez o doce horas; tanto para que se vaya
enfriando como para que la lejía (repito, mezcla de agua y ceniza) ejerza bien
su acción.
3.10 Tercera manera de hacer
la colada.
Esta manera es muy similar a
la anterior, pero añade otros trabajos.
La
colada se hace ordinariamente como sigue: en un colador, generalmente una
cubeta de madera, con un agujero lateral cerca del fondo (lo
que nosotros llamamos cociol) se pone la
ropa pieza por pieza lo más extendida posible. Se cubre la tapa o boca del colador
con un lienzo fuerte y sin agujeros, y sobre ese lienzo se pone ceniza vegetal
reciente y limpia de carbón. Entonces se echa agua caliente sobre la ceniza. El
agua disuelve los álcalis que hay en la ceniza, se filtran a través de la ropa y
la limpian. El agua o lejía que sales del colador (cociol) se recoge, se
calienta de nuevo y se vierte otra vez sobre la ceniza del cernedero. La
operación se repite durante diez o doce horas, según la cantidad de ropa, su
clase, la suciedad que tuviera, etc. (Ascarza 47).
3.11 ¿Qué cantidad de ceniza
se utiliza?
Las
mejores cenizas son las de sarmiento y juncos, y después las de abeto, árboles
frutales y olmos; que la cantidad de ceniza que se emplea debe ser una décima
parte del volumen de ropa (Yeves, 56).
3.12 El azulete
Después de la colada la ropa queda a veces con un matiz
amarillento, que desaparece por la acción del sol o sumergiéndolo en agua donde
se haya dispuesto unas bolitas de añil, y secándola después. (Ascarza, 50).
Este producto lo hemos conocido hasta el último tercio del siglo XX con el
nombre de azulete.
3.13 Otra utilidad del
cociol es elaborar “el lejío”. Se
coloca en el cociol una capa de ceniza y otra de cal y así sucesivamente. Y se
rocia lentamente con agua. El líquido que sale por la espita es lo que llamaban
lejío, un producto altamente cáustico que podía quemar la ropa y por tanto, se
usaba con precaución en los lavados sencillos, es decir, cuando no se hacía un
lavado general o de colada.
3.14 Composición y repaso de
la ropa
Hecha la colada la siguiente
operación es la composición y repaso de la ropa, y es el ama de casa la que debe
saber no solo componerla con destreza, sino coserla de nuevo, para ahorrarse
muchos gastos.
¿Es importante el repaso de
la ropa?
El
repaso y compostura de la ropa es una de las obligaciones más importantes del
ama de casa y a cuyo aprendizaje deben las niñas dedicarse con esmero,
cualquiera que sea su posición (Calleja, 68).
Por otra parte, la mayor duración de la ropa que se obtiene
remendándola representa una economía considerable y de aquí la indiscutible
utilidad del repaso de aquélla (Ruiz, 22).
3.15 ¿Qué debe tenerse
presente en la composición de la ropa?
Que
los remiendos deben hacerse con la misma ropa y color; para lo cual, al
comprarse la tela nueva, se tomará algo más, y que los rotos (se
llamaban sietes) se compondrán enseguida
para evitar el que se hagan mayores, pues quien no compone gotera, compone la
casa entera. (Vivéns, 25).
Otro autor rechaza la tela
nueva aunque sea del mismo color.
Cuando
haya necesidad de substituir parte de la prenda, debe ponerse ropa usada, aunque
en buen estado y no nueva, y que debe zurcirse apenas se observe que está muy
gastada, es decir, antes de que se rompa por completo. (Ruiz,
22).
3.16 El planchado
Dos modelos de planchas antiguas. Foto Paco Arroyo
La
noche anterior a la plancha debe mojarse la ropa con agua y almidón, se lían
bien las piezas, se separan por grupo, según la clase, y luego se colocan en un
banasto. La plancha no ha de estar muy caliente y los días deben ser los
viernes. (Vivéns, 26).
BIBLIOGRAFIA
ASCARZA Victoriano: La niña instruida. Madrid, s.f.
CARRETERO Antonio: Principios de higiene y economía doméstica,
Burgos, 1896.
CALLEJA Saturnino (Editor): Tratado de higiene y economía doméstica.
Madrid, 1901.
GUERRA Liberato: Lecciones de economía y de higiene doméstica,
Barcelona, 1910.
RUIZ ROMERO J. y MUNCUNILL
M.A.: Nociones de economía e higiene
domésticas, Barcelona, 1898.
SÁNCHEZ, Juan F.: Ligeras nociones de higiene y economía
doméstica, Madrid s.f.
SURÓS, Antonio: Lecciones de higiene y economía doméstica.
1880
VIVÉNS, Francisco: Nociones de higiene y economía doméstica,
Valencia, 1899.
YEVES, Carlos: Principios de higiene y economía doméstica,
Madrid , 1902.
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