martes, 17 de noviembre de 2020

De la manera de curar los enfriamientos a las caballerías

De la manera de curar enfriamientos y resfriados a los machos y mulas de labor
        Me contaba un viejo labrador, nacido en el año 1888, que en cierta ocasión, hacia 1910, curó un enfriamiento a su macho con friegas de aguarrás. Era necesario la precaución de tener alejado el candil que iluminaba la cuadra de la caballería porque le contaron que “en tiempos” se inflamó el aguarrás sobre un animal produciéndole graves quemaduras.
        Los resfriados se curaban con camisas de culebra. En las casas de los labradores no faltaban y cuando era necesario les daban una porción entre un trozo de pan empapado en vino. Así lo hacían en ayunas durante tres días, en los cuales el animal no salía de la cuadra.
Esta manera de curar ya la hacían los romanos dos siglos antes de nuestra era:

        “cuando veas una piel se serpiente, recógela y guárdala para que no tengas que buscarla cuando se necesite. Machaca esta piel, trigo, serpol, todo ello con vino y dalo de beber a todos los bueyes”. (Porcio Catón 2008:110)




                    Camisa de culebra recogida en la loma de las Canteruelas (Fuenterrobles)
                                                   Fotografía de Paco Arroyo. 2012


Marco Porcio Catón nació en Túsculo, una antigua ciudad de Italia en el Lacio en el año 234 a. C.  Escribió De agri cultura, una pequeña enciclopedia que recoge aspectos muy diversos dela vida del agricultor. Es un libro muy curioso y a pesar de sus más de dos milenios de antiguedad  despierta el interés de todas aquellas personas  estudiosas de la agricultura y del mundo rural por los datos e informaciones que nos suministra.

Uno de Fuenterrobles, no digo el nombre por discreción, con conocimiento de su compañera dio esta medicina a su pequeño hijo muy constipado y podemos afirmar que en "personas humanas" es eficaz que el zagalillo en cuestión ya está en la treintena.

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