miércoles, 25 de noviembre de 2020

Las cabañuelas

 

De la manera de predecir el tiempo que llaman cabañuelas.

        La cabañuela es el cálculo que los labradores hacen sobre el tiempo que hará el venidero año agrícola.

        La predicción del tiempo a corto plazo no puede considerarse cabañuela en sentido estricto. Se fundamenta en indicios que indican un cambio inminente del tiempo. De los recogidos sólo mostramos algunos:

        Son signos de lluvia el crujir de las viejas arcas o el desprendimiento del hollín de las chimeneas. También la manera de salir el humo de las chimeneas es un buen signo que está relacionado con la presión atmosférica, si forma una columna de cierta altura es señal de lluvia, (baja presión) pero si se ve salir con dificultad y se queda sobre la boca de la chimenea sin elevarse es señal de buen tiempo (presión alta o anticiclón).

        Otro infalible signo de lluvia lo muestra la palmera*, si está orientada desde el telégrafo óptico de Villargordo del Cabriel al telégrafo de Fuenterrobles la lluvia es inminente. Pero si está orientada desde Camporrobles a Jaraguas (norte a sur) no se esperará lluvia a corto plazo.

        Es muy interesante la aparición de la nube loca. Se trata de una nube de desarrollo vertical, tiene forma de torreón y de aspecto blanquecino. Se forma sobre la sierra de la Avicuerca y se observa desde la Puerta del Capitán mirando por la calle de la Rambla de  la Avicuerca. Se presenta por las tardes a partir de las 13 horas (hora universal y nunca en invierno.)

        Si sale en primavera anuncia temporales de lluvia antes de tres días, pero si es al final de esta estación y en verano, según la hora de aparición habrá nulao (tormenta) ese mismo día si se manifiesta al mediodía o bien al siguiente si aparece bien entrada la tarde. Es de señalar que las tormentas serán al inicio del verano a primeras horas de la tarde y según avanza el verano, las tormentas se retrasan y al  llegar a septiembre serán nocturnas.

        Los animales también nos dan indicios de la mudanza del tiempo: son signos de lluvia, la aparición de hormigas aladas; que el gato se lave la cara o que orejee la mula (si las orejas mueve la mula, agua segura).

        Mención especial es el canto del mochuelo, del cual puedo dar testimonio de su certeza hasta en tres ocasiones, cuando acompañaba a mi padre en las faenas agrícolas. Si canta imitando al gato, la lluvia es inminente; si lloviendo canta imitando al perro, se abrirán grandes claros y dejará de llover.

        La primera cabañuela del año es la de la conversión de san Pablo (25 de enero). Si al amanecer aparecían nieblas, apedrearía por aquellos parajes. Los observadores se desplazaban a la Serratilla, un buen punto de observación cercano al pueblo junto al  Cerro Pelado en la sierra de la Presilla. Así lo hacía “Miguel el de Anselmo”, el último cabañuelista de Fuenterrobles. (sirvan estas líneas como homenaje por haber mantenido esta arcaica tradición). Sin embargo, escuché al tío Rafael que los indicios se manifestaban al empezar el día citado.

        Otra cabañuela muy extendida era la del primero de agosto. Si al amanecer de este día aparece el rocío debajo de las toscas, se pronostica un otoño lluvioso y los labradores que consideraban este signo adelantaban la simienza.

        Hemos conocido hace algunos años escarchas en el mes de octubre y muy habitual era este meteoro en noviembre. Y los que hacían cuenta sabían que a los cuarenta días sería el primer nevasco. Hoy las escarchas se han retrasado hasta bien entrado el invierno.

        La más importante cabañuela se manifiesta durante los primeros 24 días del mes de agosto. Los doce primeros días se llaman cabañuelas y representan los doce meses siguientes, empezando a contar desde este mes. Por tanto del día 1 será agosto, el día 2 septiembre, así continúa hasta el día 12 que será julio del año venidero. Los días 13 a 24 se llaman retornas y representa el 13 a julio, el 14 a junio, hasta llegar al 24 que será el agosto actual.

        Se ha de observar la temperatura, los vientos, las nubes, el rocío y otros fenómenos meteorológicos. Para que la predicción de la cabañuela sea precisa deben coincidir las cabañuelas de los primeros doce días que se llaman maestras y las retornas.

        No sabemos interpretar los indicios, pero nos han asegurado que en estos días, las nubes por el horizonte presagian un año halagüeño; pero si algún día llueve, las cabañuelas se vacían, es decir, abortan, y el año venidero será escaso de lluvias.

        Las cabañuelas se aplican a la zona o comarca donde se han observado. Incluso en la misma comarca puede haber variaciones. Para un pronóstico general del país, consúltese el afamado “Calendario Zaragozano”.

        Acabamos con las palabras que don Manuel Ardoy pronunció en el VI Congreso Nacional de Cabañuelas celebrado en Beas del Segura (Jaén) en el año 2005:

        “Las cabañuelas, son sin lugar a duda, una ciencia popular que se rige por la observación del clima y la meteorología a lo largo del mes de agosto de todos los años y que pronostica el tiempo que hará el año siguiente. Por tanto es una ciencia empírica, o sea, procedente de la práctica o rutina popular.”

        Sin embargo, continuaba Ardoy, las Cabañuelas se basan en largos siglos de observación y comprobación de los fenómenos atmosféricos llevada a cabo por gentes que conocían y dependían del cielo. Y como se suele decir, sabe más el pueblo que los sabios”. (Baquero 2009: 9).

        ¿Hasta qué punto son fiables las cabañuelas? Había labradores que tenía fe ciega el ellas. Hoy los programas del tiempo en las televisiones y aemet, así como la estación local de Avamet situada en la Vega cuyos datos se pueden consultar en internet han acabado con estas prácticas ancestrales que hermanaban al labrador con su entorno, con su tierra y con su cielo.

        Pero quedan labradores que tratan estos asuntos con desprecio e ironía. Así nos dicen:

        “Nieblas por el Cabriel, llover o no llover”.

También hay pronósticos más elaborados y con certeza absoluta:

Luna con cerco y estrella dentro,

frío, calor, lluvia o viento.

Aunque el dicho original decía:

Luna con cerco y estrella dentro ,

lluvia si no hace viento.

Hasta mediados del siglo XX, el tío Sebastián, pastor de profesión, hacía unos pronósticos muy precisos y acerados. Y en la segunda mitas del siglo destacaba Manolo (Creo que Viana) conocido con el sobrenombre de Choga que también hacía pronósticos.






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