viernes, 21 de mayo de 2021

El pedrisco del día del Señor

 


Maricarmen Cañada Solaz me proporcionó una fotocopia de un documento que se conserva en el Archivo de la Diputación provincial de Valencia en el que se recoge un escrito del alcalde de Fuenterrobles solicitando ayuda ante el gran pedrisco que sufrió la población. El fenómeno atmosférico “que ni los más viejos del lugar recordaban otro tan devastador” sucedió cuarenta días después de Pascua de Flores en 1930  y significó un duro golpe a la economía local y echó a la emigración a más de 100 vecinos.


Don Joaquín Díaz López, Alcalde-Presidente del Ayuntamiento Constitucional de FUENTERROBLES, ante la Exma. Diputación de su bien merecida Presidencia respetuosamente expone:

Que en el día diecinueve del actual y hora de las tres y media de la tarde, descargó sobre este término municipal una horrorosa tormenta de agua y piedra que arrasó por completo las cosechas. La duración fue de treinta y cinco minutos, durante los cuales el pánico se apoderó de estos sufridos habitantes, horrorizados ante el cuadro que se ofrecía a su vista, por el tamaño y cantidad de la piedra pues oscilaba entre el de una nuez y el de un huevo de gallina, formando una capa de un espesor de más de cinco centímetros, con rotura de tejas, cristales, cables y lámparas de alumbrado eléctrico, produciendo inundaciones en algunos edificios, sin que afortunadamente hubiera que lamentar desgracia personal alguna.

La desolación llegó a su punto cuando una vez terminado tan horroroso fenómeno –jamás igualado en esta población- se iban recibiendo noticias del daño causado en el campo, ya que la zona perjudicada alcanza a casi todo el término, no sólo por el daño producido por la piedra que se calcula en un ochenta por ciento sino porque a consecuencia de la gran cantidad de agua inundó la huerta produciendo grandes destrozos; en unos predios el arrastre se llevó la tierra laborizada dejando al descubierto la tierra cruda y en otros fue depositando la arena, piedras y restante broza, dejándolos todos inservibles para el cultivo a menos de realizar grandes trabajos para poderlos utilizar.

Como consecuencia, la situación económica en perspectiva –ya bastante esquilmada por la invasión filoxérica de los viñedos- es de las que horroriza solamente el pensarlo, puesto que el hambre y la miseria, de no acudir con remedios inaplazables, se enseñoreará de estos sufridos habitantes, los que privados de los elementos más necesarios para el sustento, se verán imposibilitados de atender al pago de los distintos impuestos que integran los ingresos de este municipio.

Por todo lo cual, este Ayuntamiento, practicado un detenido estudio de los males que aquejan a esta población, cree un deber

SUPLICAR: de esa Exma Corporación de su digna Presidencia la condona de las diversas cargas provinciales que gravan a este municipio en el año actual y tramitar rápidamente el estudio de los proyectos de caminos vecinales cuya confección se está terminando y serán entregados los de algunos de ellos dentro de breves días.

No duda este ayuntamiento que esa Exma Diputación, atenta siempre a socorrer las calamidades que pesan sobre los distintos pueblos de su provincia, sabrá una vez más –como tantas otras- atender con los beneficios posibles al más necesitado de todos ellos, víctima en estos momentos de la zozobra y el desaliento por la catástrofe  jamás igualada en la historia de este pueblo.

Dios guarde la preciosa vida de V.E. a la par que la de los señores Diputados que componen esa Corporación por muchos años.

Fuenterrobles, 24 de junio de 1930

(Hay un sello municipal y la firma del sr. Alcalde)



                             Pedrisco en Fuenterrobles, septiembre de 2017


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