La raboseta del "Canto de los Valientes" (Fuenterrobles) viaja a "La Derrubiada" (Venta del Moro"
Habiendo apacentado mi
rebaño de cabras blancas por los altos de Taus, bajé al abrevadero de la Casa
del Horcajo y saciados los animales fui a encerrar al corral de Bancañete. Al
llegar al ejido del corral vide venir una caterva de zorras con un escandaloso
jolgorio, extremadamente contentas. Más contento quedé yo al reconocer a la
zorrita del “Canto de los Valientes”.
Preguntándole por el viaje,
me comentó que muy bien, aunque el abuelo se disgustó en varias ocasiones.
Primeramente, al llegar a la Casa del Gil Marzo que la encontraron en ruinas,
cuatro paredes sin tejado. Y recordaba el abuelo que allí tenían el mejor
gallinero de toda la Venta del Moro.
Es
que las gallinas es el plato preferido de las zorras y ahora que somos ricos y
ya no criamos aves en los corrales de los pueblos, se tienen que conformar con
conejos de monte y liebres. Pero no es lo mismo y lo aceptan con resignación,
que ya lo dice el refrán: “cuando no hay lomo, de todo como”.
Más adelante, otro disgusto
al llegar a la Fuente de la Zorra, jurisdicción de Jaraguas, que la encontramos
seca. Recordando sus años mozos que pasaba en unas amplias zorreras de unos
parientes de su madre, se echó a llorar. Es que allí festejó con la que sería
su compañera de toda la vida. Tomamos el camino de la “Rambla Albosa” para
encontrar algo de agua y refrescarnos que este mes de julio es el más caluroso
de todos los que hemos vivido.
Y finalmente cuando llegamos
a “La Derrubiada” se le cayó el mundo a los pies. Que soponcio más grande se llevó. Casi
la palma. ¡Qué ruina! ¡Qué desolación! Todo el frondoso bosque reducido a
cenizas. Allí no había vida. No encontramos a nadie que nos diera una
referencia de nuestros parientes.
Al cabo de una semana de
recorrer aquellos lugares nos retiramos hacia el parque de la Hoces del Cabriel
para buscar algo de alimento, que entre los tocones que dejó el fuego no había
nada que rascar. Camino del parque subimos al “Mirador del fotógrafo” por ver
si divisábamos vida y ¡qué casualidad!, encontramos una familia que conocía a
nuestros parientes y nos encaminaron hacia las zorreras del “Puente de
Vadocañas”. Pero allí no los encontramos.
Dando por perdidos nuestros
familiares, decidimos volver a Fuenterrobles. Pasamos por la Casa del Zorro,
donde sale el camino de “los Cárceles” y preguntamos a una “raposa” por
nuestros parientes. Pero no sabía nada. Nos dirigimos hacia la “Peña Roya” y
atravesando la “Hoya Redonda” y “el collado de la Salamonda” llegamos a la
“Fuente de la Oliva”. Y en el abrevadero de esta fuente nos encontramos. ¡Qué
abrazos! ¡Qué besos! Es que nos queremos mucho.
Abrevador de la Fuente de la Oliva (Venta del Moro)
(Llegado
a este momento, tengo que hacer un inciso para explicar a mis amigos de la
ciudad que la atocha es la mata del esparto. Tiene una duración de 75 años,
siempre y cuando se le quiten todos los años las hojas, que es la parte
aprovechable para hacer papel o tejer pleita para elaborar alguna espuerta. Si
no se recolectan las hojas anualmente, de agosto a noviembre, la mata degenera
y se seca convirtiéndose en yesca).
Atocha degenerada casi seca (peligro para el monte)
No
permiten coger esparto, ni para hacer un pequeño cesto, ni para aprovechamiento
comercial. Y esto es un error, pues no solamente deben permitir la extracción,
sino que la deben potenciar sin tener que pagar canon alguno, solamente por el
beneficio de la limpieza del monte, que ya bien dice el refrán: “lo comido por
lo servido”.
Atocha quemada en la Derrubiada. Fotografía de Nacho Latorre
Y
volviendo al relato de la raboseta, me cuenta que allí hubo una gran
mortandad. Todos los animales que no pudieron huir quedaron abrasados y muchos
de los veloces de cuatro patas también, que con los cambios del viento quedaros
rodeados por el fuego.
Así que pensaron traerse a
sus queridos parientes una temporada a Fuenterrobles. Y aquí están, que habían
venido sin problemas. “Ojo avizor” atravesaron las tierras del”matazorras” que
por el “Corral de la Morena” demarcación
de la “Sevilluela” tiene almendros y
cerezos. (Dicho sea de paso, las mejores
cerezas que se pueden encontrar en las mejores fruterías).
La
verdad es que el “matazorras” es una bella persona, si sólo mató una zorra y
“matazorras” lo llamaron. Fue un arrebato. Perdió la cabeza cuando un pariente
de la raboseta bastante “golosete” entró en su corral y esquilmó el gallinero.
Hasta se zampó la ingleseta que era una llueca muy estimada. Con lo buena
persona que es y cuando muera (que Dios dilate su vida) será recordado como “el
tío matazorras”. Siempre ha habido injusticias.
Y
aquí tenemos instalada la familia de “raposas” de la “Derrubiada” para
reponerse de todo lo que han pasado y coger ánimo. La familia está instalada en
unas zorreras en el “Vallejo Largo” por donde pasa la vereda de Hórtola, cerca
del “Canto de los Valientes. Pero no estarán mucho tiempo que tienen mucha
querencia a “La Derrubiada”, es que aquellos parajes eran de ensueño y no
tardarán mucho tiempo para recuperar su esplendor, así lo creo.
Pues
muy bien raboseta amiga. Espero que nos veamos por el Camino de Santiago cuando
lo recorra con la bicicleta.
Y llegado a este punto voy a buscar a Gonzalo Gil Viana (a) el Colorado (familiarmente "el Kolo" para que nos diga eso que tanto le gusta a Raquel, que por cierto, es de Venta del Moro: Colorín, colorín, Colorado, este zorrerro cuento se ha acab
Dedicado Marcos, Alejandro, Eva, Marina., Blanca, Michel y Quim.
NOTA. Para mejor entender
este cuentecillo había que leer:
- La
zorra y la uva
- La
zorra del Canto de los Valientes
En
el blog”cosasdepacodefuenterrobles”.
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