EL ESPLIEGO
El
espliego (lavandula latifolia), que se cría en las laderas de las sierras
(Avicuerca y Cerro Pelado) y en colinas y lomas pobladas de matorral, es una
pequeña mata leñosa que todos los años desarrolla nuevos tallos que pueden
alcanzar el metro de altura si las lluvias fueron abundantes. Tiene hojas
lanceoladas y blanquecinas y flores de color azul pálido que forman espiguillas interrumpidas en el
ápice del tallo. Florece bien entrado el verano.
El
aprovechamiento de esta mata silvestre constituía una importante fuente de
ingresos para los jornaleros que se enfrentaban con el paro estacional al
finalizar las labores de la siega y la trilla. En la acequia del Regajo que
divide el Moreral, posiblemente
catalanes, instalaban la caldera de destilación y obtenían “la esencia de
espliego” durante dos semanas y un penetrante olor conforáceo embargaba el
pueblo.
En este tiempo cuadrillas de desocupados recorrían el término segando esta aromática
planta y al oscurecer, en la báscula municipal o en el mismo Moreral con
grandes romanas pesaban la recolección y cobraban puntualmente según el precio
establecido. La última vez que se recolectó fue en el año 1976, pero ya no se
destiló en el pueblo sino que lo llevaron a la provincia de Albacete.
Aunque
hemos hablado de espliego, en realidad esta mata no se cría en la comarca. Lo
que llamamos espliego es alhucema, una mata tan parecida que muchos consideran
que ambas son la misma cosa. Sin embargo existen diferencias, el espliego
(lavandula spica) florece al empezar el verano, un mes antes que la alhucema,
tiene el tallo más corto y simple (no es ramoso), las flores son de color azul
más intenso y despide un olor menos canforáceo
por lo que es más agradable que el de la alhucema.
El
espliego como cultivo fue introducido en la década de 1970 por Ismael
Latorre que importó de Francia los
plantones y llegó a cultivar diecisiete hectáreas, pero el cultivo no prosperó
y las plantaciones quedaron abandonadas años después.
Este
espliego (l. spica) fue identificado con la alhucema (l. latifolia) de tal
manera que no apreciaron las diferencias antes descriptas , excepto en lo que
se refiere al olor, que era más fuerte y penetrante (alcanforado) en el silvestre de las sierras
que en el cultivado en los rochos. Por tal motivo ignoramos el bello nombre de
alhucema, desconocido en el pueblo, y para
entendernos todo lo consideramos espliego.
El
uso del espliego se limita a proporcionar algunos ingresos a las personas más
desfavorecidas ya que el principal uso de hacer agua de colonia nunca se hizo
en el pueblo ni en la comarca. Otros usos nunca tuvieron gran incidencia en la
vida cotidiana y actualmente se limitan a algunas familias por seguir la
tradición más que por convicción en su eficacia en diversos remedios. Entre
estos usos citamos la elaboración de alcohol de espliego para combatir el reumatismo
mediante fricciones; con las espigas de flores se rellenaban saquitos para
perfumar los armarios y como remedio
natural de combatir la polilla; para
purificar las habitaciones en las que hubo enfermos se hacían con las flores
sahumerios para purificar esas estancias de las miasmas; en las calles por
donde ha de pasar la procesión se hacían alfombras con los tallos y finalmente diremos que en
las jaulas de los pardillos y jilgueros se colocaban ramos en la época de muda
(lo que llaman explumar) porque la favorece.
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