sábado, 3 de julio de 2021

el espliego

 

 

EL ESPLIEGO

 

        El espliego (lavandula latifolia), que se cría en las laderas de las sierras (Avicuerca y Cerro Pelado) y en colinas y lomas pobladas de matorral, es una pequeña mata leñosa que todos los años desarrolla nuevos tallos que pueden alcanzar el metro de altura si las lluvias fueron abundantes. Tiene hojas lanceoladas y blanquecinas y flores de color azul pálido  que forman espiguillas interrumpidas en el ápice del tallo. Florece bien entrado el verano.

        El aprovechamiento de esta mata silvestre constituía una importante fuente de ingresos para los jornaleros que se enfrentaban con el paro estacional al finalizar las labores de la siega y la trilla. En la acequia del Regajo que divide el Moreral,  posiblemente catalanes, instalaban la caldera de destilación y obtenían “la esencia de espliego” durante dos semanas y un penetrante olor conforáceo embargaba el pueblo.

En este tiempo cuadrillas de desocupados  recorrían el término segando esta aromática planta y al oscurecer, en la báscula municipal o en el mismo Moreral con grandes romanas pesaban la recolección y cobraban puntualmente según el precio establecido. La última vez que se recolectó fue en el año 1976, pero ya no se destiló en el pueblo sino que lo llevaron a la provincia de Albacete.

        Aunque hemos hablado de espliego, en realidad esta mata no se cría en la comarca. Lo que llamamos espliego es alhucema, una mata tan parecida que muchos consideran que ambas son la misma cosa. Sin embargo existen diferencias, el espliego (lavandula spica) florece al empezar el verano, un mes antes que la alhucema, tiene el tallo más corto y simple (no es ramoso), las flores son de color azul más intenso y despide un olor menos canforáceo  por lo que es más agradable que el de la alhucema.

        El espliego como cultivo fue introducido en la década de 1970 por Ismael Latorre  que importó de Francia los plantones y llegó a cultivar diecisiete hectáreas, pero el cultivo no prosperó y las plantaciones quedaron abandonadas años después.

        Este espliego (l. spica) fue identificado con la alhucema (l. latifolia) de tal manera que no apreciaron las diferencias antes descriptas , excepto en lo que se refiere al olor, que era más fuerte y penetrante  (alcanforado) en el silvestre de las sierras que en el cultivado en los rochos. Por tal motivo ignoramos el bello nombre de alhucema, desconocido en el pueblo,  y para entendernos todo lo consideramos espliego.

        El uso del espliego se limita a proporcionar algunos ingresos a las personas más desfavorecidas ya que el principal uso de hacer agua de colonia nunca se hizo en el pueblo ni en la comarca. Otros usos nunca tuvieron gran incidencia en la vida cotidiana y actualmente se limitan a algunas familias por seguir la tradición más que por convicción en su eficacia en diversos remedios. Entre estos usos citamos la elaboración de alcohol de espliego para combatir el reumatismo mediante fricciones; con las espigas de flores se rellenaban saquitos para perfumar los armarios  y como remedio natural de combatir la polilla;  para purificar las habitaciones en las que hubo enfermos se hacían con las flores sahumerios para purificar esas estancias de las miasmas; en las calles por donde ha de pasar la procesión se hacían alfombras  con los tallos y finalmente diremos que en las jaulas de los pardillos y jilgueros se colocaban ramos en la época de muda (lo que llaman explumar) porque la favorece.





               

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